El presidente del PP de Andalucía, Javier Arenas, visitó ayer domingo Málaga y de nuevo, usando con fines partidistas su estrategia del agravio, no dudó en convertirse en un exaltado de la palabra y dijo que no admitiría ninguna “agresión” más de la Junta contra Málaga. Empieza Arenas a nacionalizar un discurso desde la radicalidad, eso sí, esté donde esté, porque en Sevilla vota para que la caja única esté en la capital y en Málaga manda callar a los suyos, porque ni apoya la fusión (necesaria hasta para el Observatorio Económico de Andalucía) ni apoya que Málaga sea la sede. Arenas, como siempre, va como pollo sin cabeza.
Pero esta mañana he hecho memoria:1. Arenas dice que le preocupa Málaga, pero cuando fue ministro de Administraciones Públicas se negó a ceder la Aduana a la ciudad de Málaga. Él podía hacerlo, la petición era una demanda mayoritaria de la ciudad, pero él hizo oídos sordos.2. ¿Qué proyecto importante por Málaga impulsó Arenas como ministro?3. Habla en Málaga de temas medioambientales y de aguas, y es que debe saber de esto. De hecho en plena campaña electoral vino a Fuengirola a colocar una primera piedra en la depuradora de Cerros del Águila cuando ni siquiera tenía proyecto.4. Marbella. Recordemos sus palabras estos dos últimos años en favor de disolver el Ayuntamiento de Marbella; sin embargo, cuando estuvo al frente del Ministerio de Administraciones Públicas pudo haberlo hecho, pero no tuvo el valor ni la decencia de llevarlo a cabo.Al señor Arenas sólo le interesa su proyecto personal y no el proyecto colectivo de nuestra comunidad o nuestros pueblos y ciudades. Un buen ejemplo es el caso de Estepona, donde en lugar de arrimar el hombro, prefiere el enfrentamiento.Y sobre todo ahora en un momento de dificultades económicas, que es el principal problema de los ciudadanos, ¿cuántas propuestas ha hecho para mejorar la situación? No le interesa esta cuestión. El Sr. Arenas piensa que cuanto peor, mejor para el PP.Pero sobre todo es un especialista en doble moral: cuando el PSOE tiene un imputado reclama la dimisión, pero cuando el PP lo tiene como es el caso de Martín Serón, lo propone como alcalde y lo defiende contra viento y marea que no pasa nada, a pesar de que el Fiscal lo haya acusado de prevaricación, cohecho y blanqueo de capitales.Ayer, Arenas, si fuera un político coherente y responsable, tendría que haber anunciado la expulsión de Serón del Partido Popular y tenía que haber explicado a los malagueños y malagueñas por qué el PP ha pedido en Sevilla la sede de la caja fusionada y no para Málaga, que es donde está la caja más fuerte. Arenas sigue la estela de Rajoy: es un localista de hojalata.
M.A Heredia
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